Conocer y comprender bien a tus miembros te permite generar compromiso.
Valorar su presencia y satisfacer sus expectativas te permitirá incrementar su motivación en la comunidad.
Comparte los hábitos y herramientas de tus propios miembros
• ¿Quiénes son? Sus profesiones, estatus, habilidades, centros de interés ...
• ¿Cuáles son sus necesidades? Sus redes, ayudas y apoyos, intercambios de ideas / consejos ...
• ¿Cómo ayudarlos? Facilita contactos, promueve la asistencia mutua y descubre sus talentos
Una comunidad comparte una visión común y trabaja en conjunto para lograr un objetivo. Fomenta este sentimiento de pertenencia, esta misma cultura que puntúa a la comunidad.
La actividad y la convivencia entre los miembros les permite reunirse y acercarse.
¡Opta por un intercambio productivo!
Comparte los esfuerzos e involucra a los miembros. Al mostrarles que esto da resultados, recomendarán a la comunidad.
Recuerda que el reconocimiento suele ser un motivador.
Pon a tus miembros en el centro de atención y promueve talentos, ¡el resto de los miembro seguirán!
Mantén tu comunidad activa y comprometida conectando talentos en torno al aprendizaje continuo y el desarrollo personal.
Potencia las relaciones entre miembros y aumenta las oportunidades de intercambio. Puedes por ejemplo desarrollar el espíritu emprendedor con ponentes externos que han optado por trabajar de manera diferente, crear eventos, ofrecer talleres de ayuda y apoyo donde finalmente cada uno sacará provecho.